jueves, 9 de octubre de 2014

GANÍMEDES. DE PRÍNCIPE TROYANO A COPERO REAL.

Busto de Ganímedes.
Museo del Louvre, París (Francia)
Hoy desempolvamos un maravilloso mito de la mitología griega, al que he dado por nombre “Ganímedes. De príncipe troyano a copero real”. Este héroe divinizado en la antigüedad e “iconizado” por el colectivo LGBT narra la historia de un joven príncipe troyano cuya belleza no pasa inadvertida ante los ojos del padre de todos los dioses y hombres, Zeus, quien decide secuestrarlo para convertirlo no sólo en su amante sino también en copero real. 

El mito de Ganímedes.

Ubicación de Tróade.
Originario de Tróade, en la antigua región costera de Misia, al noroeste de Asia Menor, el mito de Ganímedes le vincula a dos figuras paternas, por un lado se dice que era hijo del rey griego Tros de Dardania (epónimo de Troya) y su mujer Calírroe, hija del dios río Simois, o Acalaris, hija de Eumedes. El rey Tros era padre de tres hijos: Ilo, Asáraco, y Ganimedes. Tras el rapto de esté último, Tros se quedó muy apenado, un hecho que conmovió a Zeus.

Fue el dios olímpico Hermes, mensajero real de los dioses, quien enviado por el mismo Zeus le hizo llegar la noticia de que su hijo Ganímedes se había convertido en una criatura inmortal y ahora servía a un propósito mayor, pues se había convertido en copero de los dioses, una posición que le otorgó prestigio y distinción.

El otro mito vincula a Ganímedes con el rey troyano Laomedonte, quien tras la muerte de su padre ocupó el trono junto a su esposa Estrimón.

De príncipe a copero real.

El rey de los dioses, Zeus, es descrito por la mitología griega como una deidad de voraz apetito sexual, que siempre tiene la necesidad de mantener relaciones sexuales tanto con dioses como con humanos. Son muchos los hijos bastardos que se le atribuyen fuera del matrimonio con su hermana Hera quien, harta de los escarceos amorosos de su marido y llevada por la locura de los celos, le hacía la vida imposible a sus hijastros.

"El rapto de Ganímedes". Pintura al oleo.
El príncipe Ganímedes fue exiliado como muchos otros jóvenes héroes al monte Ida, donde completaría su educación junto con tutores y alumnos de su misma edad. Fue allí, mientras permanecía al cuidado de un rebaño cuando Zeus lo vio por primera vez y quedó prendado de él al instante. Nuevamente el mito tiene dos versiones, pues la primera habla que fue el mismo Zeus el que transformándose en un águila descendió para raptarlo, y la segunda dice que fue un águila quien, enviada por la deidad, lo raptó y se lo llevó consigo.

Tras su llegada al Olimpo, Zeus convierte a Ganímedes en su amante y copero sustituyendo a su propia hija Hebes, deidad de la juventud. Hera, al enterarse de la noticia, trató al nuevo amante de su marido con desprecio, un gesto que venía siendo habitual en ella. Con el fin de protegerlo de la furia de su mujer Zeus asciende a Ganímedes hasta el cielo y le deja allí como la constelación de Acuario, a la cual hoy en día seguimos asociando con el águila.

La constelación de Acuario por Johann Elert Bode.

El mito de Ganímedes posteriormente se convirtió en símbolo del amor homosexual en la poesía, en contraste con la famosa Helena de Troya.   

Del mito al arte.

El mito de Ganímedes y Zeus dejó una profunda huella en los artistas de la época y sus posteriores contemporáneos. En Atenas, los retratistas de vasijas solían ilustrar a menudo en sus vasijas la escena, pues eran muy recurrentes y empleadas durante los banquetes exclusivos para hombres.

Este artículo ha sido escrito por Akasha Valentine http://www.akashavalentine.com © 2014.

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